¡Hola chic@s!
La entrada de hoy está dedicada al “Libro Blanco de la Profesión Docente y su entorno Escolar”. Para abordar este tema y daros a conocer a todos los que no sepáis de qué documento estamos hablando, he creído conveniente seguir la estructura de la autoevaluación que Xoan, nuestro profesor de Procesos y Contextos Educativos nos ha enviado.
En primer lugar deberíamos dejar claro ¿qué es un libro blanco? Se trata de un documento de ayuda a la toma de decisiones donde se aborda un tema específico. Es el resultado del trabajo de expertos y en él se sintetizan tanto sus conocimientos como su experiencia sobre una materia en especial, aunque puede haber libros blancos en los que se trate de más de un tema, siempre dentro de un mismo ámbito.
En un libro blanco deberían encontrarse las respuestas estratégicas para muchas de las preguntas y necesidades que cualquier profesional pudieran tener. Todo un compendio de información de gran relevancia en cualquier momento en el que se necesite.
De esta forma, todo el conocimiento sobre determinado tema están sintetizado para poder realizar la elección estratégica adecuada en cualquier momento.
Personalmente y en el tiempo que llevo formándome como psicóloga, he accedido a alguno de estos libros. En primer lugar, he necesitado revisar el Libro Blanco de la Psicología y el Libro Blanco de la Pedagogía y Educación Social. Así como también, ya que es un tema que me apasiona, he accedido al Libro Blanco de la Atención Temprana. Ha sido durante el curso del Máster en Profesor de Educación Secundaria cuando he descubierto el Libro Blanco de la Profesión Docente y su Entorno Escolar, del cual vamos a hablar.
Hablemos un poco de la historia de este Libro Blanco de la Profesión Docente y su Entorno Escolar. Este documento se elaboró por encargo del Ministerio de Educación, sin embargo, fue elaborado por el filósofo José Antonio Marina, lo que provocó un gran revuelo. Algunas de las propuestas que aparecen en este documento son temas como el hecho de poner un MIRdocente; reclutar profesores entre los estudiantes más brillantes; ofrecerles más posibilidades de prosperar en su carrera; dar incentivos a los que mejor lo hacen; apostar por la formación continua, y evaluar todas las prácticas, etc.
Uno de los puntos que trata este documento es el de la formación continua. ¿Cuánto debería durar la formación de los docentes? Pues, como en todas las profesiones, la formación continua también es una exigencia para los docentes. El entorno educativo cambia, así como los alumnos, las tecnologías, las ideas… por lo tanto, para satisfacer las necesidades educativas del momento, se debe introducir la formación continua, de esta forma el docente no se quedará obsoleto a la hora de enseñar. Sin embargo, esto serían horas extra para el profesorado que, en la mayoría de sistemas educativos europeos constan de incentivos específicos que anime al profesorado a mejorar sus competencias y conocimientos, lo que se trata de una motivación para los docentes a la hora de invertir su tiempo en ello.
Además, se habla del nivel de formación que tienen los docentes no universitarios. Como se menciona en el Libro Blanco, es cierto que todas las profesiones relacionadas con la enseñanza requieren de alcanzar una titulación pero, ¿es suficiente con esto? Se conoce que la mayoría de las Universidades se han negado a subir el nivel académico exigido en los estudios de magisterio por cuestiones meramente económicas, por lo que esto nos afirma que el nivel académico de todos los que entran en dicho grado puede no ser el deseado para un futuro docente. Por otro lado, también se menciona el tema de la cantidad de horas prácticas que se llevan a cabo durante estos estudios. Existen maestros y profesores que acusan la falta de formación práctica durante su formación, a pesar de que el prácticum figura en la regulación de todas las vías posibles de acceso a la profesión. Por ello, aunque es cierto que hay una gran cantidad de docentes formados y con gran capacidad para desarrollar su trabajo, también a la hora de alcanzar el nivel universitario, debería exigirse más por parte de los que van a formar parte del grado de magisterio. Del mismo modo, para dar calidad a su forma de impartir las clases, se debería aumentar el periodo de prácticas, ya que haciendo y observando se aprende más que escuchando.
Pero, siendo más concretos, ¿a qué debería darse más importancia a la hora de seleccionar al profesorado? Hemos hablado que el nivel de exigencia de la prueba que dé acceso al grado debe ser algo más alta para las carreras de formación de docentes pero, ¿debemos solo fijarnos en la nota de estos? En países como Singapur o Corea del Sur el tener un expediente académico muy alto es requisito suficiente para acceder a grados como magisterio. Sin embargo, hay otros países como Finlandia, quienes tienen un examen de admisión que incluye una parte escrita, una prueba de aptitud y entrevistas personales. Otras universidades también incluyen una dinámica de grupo y una demostración de habilidades prácticas. Por ello, desde mi punto de vista, se debería de llevar a cabo dinámicas de selección de docentes más parecidas al método finlandés, ya que puede darse el caso de que, una persona llena de conocimientos, no sepa desenvolverse en un aula con 25 niños/as y no tenga las habilidades necesarias para llevar a cabo las clases.
Por otra parte, se habla sobre la influencia de un aumento de salario para mejorar la calidad de los profesores. Pero, no debemos olvidar que la profesión docente es una profesión que debe ser elegida por vocación y, en la mayoría de los casos así es. Un alto número de docentes dirían que, si tuvieran que volver a elegir su profesión, elegirían de nuevo la carrera docente, por lo que, no creo que el motivar a este colectivo se consiga solamente con un aumento en sus sueldos. Para que los docentes tengan un mayor interés y motivación y por tanto sean mejores a la hora de desempeñar su trabajo, es probable que tenga una mayor importancia las condiciones de trabajo en las que se encuentran o el clima que encuentren en los Centros.
Para finalizar, me gustaría resaltar una de las 20 propuestas que contiene este Libro Blanco y que me ha llamado la atención en mayor medida. En la Décima Propuesta, se habla de que todos los docentes deberán ser evaluados periódicamente. Sinceramente, y hablando desde el punto de vista del alumno (lo que aún soy a día de hoy), dentro de las aulas se ve a todo tipo de profesores, muchos que desempeñan su trabajo a la perfección y otros tantos que no. De los que conforman este último grupo, el no llevar a cabo la enseñanza de manera correcta puede deberse a diferentes factores, falta de motivación, estar desactualizados tanto en contenidos como en didácticas, no manejar las TIC, llevar a cabo pedagogías incompatibles con el hecho de ser docente, etc. Por ello, creo que sería muy necesario llevar a cabo la propuesta de evaluar a los profesores de forma periódica, observando si están alcanzando el progreso de sus alumnos o viendo cómo se desenvuelven éste en el aula. Además, muchas veces sería conveniente escuchar la opinión de los alumnos, ver cuál es la relación docente-familias, cuál es la participación del profesor en las actividades del centro y cómo evalúa el resto del centro a ese profesor en cuestión. De esta forma, se podría llegar a conseguir que los estos profesionales mejoren su desempeño y que, por tanto, los estudiantes a los que dé clase estén más motivados.
Espero que os haya resultado interesante esta reflexión.
¡Nos vemos pronto!
Estoy de acuerdo con Emilio, ahora bien, cuidado en manos de quien lleva a cabo el proceso evaluador. Evidentemente, no debe dejarse en manos de una sola figura.
Hoy en día existen evaluaciones indirectas al profesorado como las pruebas de 3º de Primaria en LOMCE y otras.
Buscar la mejor solución para evaluar no es tarea fácil, se deben promover cambios y avances en esta materia.
Hola, Elena! Me parece que la propuesta que destacas es verdaderamente interesante. Sería muy conveniente que muchos de los docentes activos hoy en día fueran sometidos a evaluaciones, seguro que de esta forma nuestra educación mejoraría su calidad. Además, me parece muy importante el hecho de tener en cuenta la opinión de los alumnos.
¡Gran trabajo!